Un nuevo ataque realista fue rechazado por la división de José María Córdoba. Entonces, el mismo virrey La Serna, entró al combate con sus tropas, pero en el violento choque cayó herido y fue hecho prisionero. Esto desmoralizó a los españoles, haciendo que muchos emprendan la huída. El general José de Canterac intentó reagruparlos, pero fueron desbaratados por los hombres de Jacinto Lara y Guillermo Miller.
Al ver el desastre, Canterac aceptó negociar con Sucre y firmó la Capitulación de Ayacucho, documento que selló la Independencia del Perú y Sudamérica.